Escribe: Jesi Vila Q.
Los peruanos vivimos momentos complicados gracias a la clase política que hoy está en el poder, ante tal situación, muchos terminan por alejarse de todo aquello que represente la política, pero ¿Cuál sería la mejor reacción ciudadana?
Para resolver esa pregunta debemos entender que es la política, según una de las definiciones de la real academia española es “Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados” eso quiere decir que aquellos que pretender dirigir un país tienen un modelo pre concebido de cómo lo guiarán, para no ir muy lejos, el partido que llevó al sillón presidencial a Pedro Castillo, Perú libre, se define según su ideario como de izquierda socialista, marxista.
Retomando la pregunta, alejarse de aquello que no comprendemos no hará que eso no afecte nuestras vidas, todo lo contrario, en un modelo político en donde el poder recae en la ciudadanía a través de su voto, esta debe estar preparada para otorgar ese poder a una clase política que vaya acorde con su estilo de vida. El peruano es emprendedor, independiente y esforzado, esas características no van de la mano con el modelo ideológico de la izquierda que defiende el colectivismo.
La ideología de la clase política tendrá una seria consecuencia en la gestión del estado, gobernar un país con un enfoque individual es, completamente, distinto al enfoque colectivista. La constitución peruana tiene un enfoque individual y ese enfoque representa un gran reto para cualquier gobierno, ya que el pleno desarrollo de mas de 33 millones de peruanos no se puede lograr con estrategias colectivas. Quiero precisar que tener un enfoque individualista no es impedimento para llevar a cabo programas de carácter colectivo para poblaciones vulnerables que necesitan salir de la pobreza.
La historia peruana tiene una serie de ejemplos que nos demuestra lo que mencionamos. Por ejemplo, en una entrega anterior, analizamos como en el gobierno de Juan Velazco Alvarado se pretendió buscar atender las necesidades de los peruanos de una forma colectivista. Bajo ese principio el ex presidente nacionalizó una serie de empresas, las cuales, con el pasar de los años, pasaron a reportar pérdidas, logrando así el empobrecimiento del país e incrementando las enfermedades relacionadas a la carencia de alimentos. Es así que podemos decir que la gestión colectiva del izquierdista Alvarado puso al Perú en una condición de inseguridad política, económica y alimentaria.
Un panorama similar se vivió en el primer gobierno del ex presidente Alan García, gobierno en donde la hiper inflación y la escasez de alimentos marcaron a toda una generación. Hasta este punto podemos encontrar una asociación muy cercana entre la política y el desarrollo o el declive de un país y, es por eso, que la visión del político es muy importante. No podemos asumir que derecha e izquierda son lo mismo y no importa por quien se vote. Lamentablemente, en el Perú no hemos tenido gobiernos de derecha y población confunde el mercantilismo de empresas coludidas con funcionarios corruptos con gobiernos de derecha.
Para colocar un ejemplo más cercano a nuestra realidad, me gustaría tocar el ejemplo de la congresista Marleny Portero López (Acción Popular) quien pidió que las ollas comunes sean más autosustentables para sostener las necesidades de la población. Esta afirmación corresponde a un desconocimiento del cómo se originan las ollas comunes. Estas nacen como consecuencia de las necesidades insatisfechas de la población, a causa de problemas externos como han sido los conflictos internacionales, la mala gestión de la pandemia y la mala gestión del gobierno de turno.
Las ollas comunes, a menudo son romantizadas por la izquierda, de la misma forma con la que se romantizan otros mecanismos de la población para hacer frente a las carencias económicas que enfrentan. Lo cierto es que las ollas comunes son una respuesta de la población para enfrentar el hambre, un gobierno que impulse la inversión y enfrente a la corrupción, generará las condiciones para que las personas puedan tener mejores ingresos y, con ello, comprar comida para sus hogares.
Ante esta situación, el artículo de la agraria,pe señala que la congresista hizo mención a la inacción del ex presidente Castillo ante las demandas de las madres de las ollas comunes, las cuales no estaban para mendigar el alimento, expresión con la que coincido categóricamente, pero, es importante ir a la raíz del problema. Castillo aplica la política desde la cosmovisión de su partido (muy aparte de la presunta corrupción hallada en su gestión). Asimismo, la señora Dina Boluarte está siguiendo las mismas pautas con algunas variaciones, pero está llevando al Perú en una seria inestabilidad política luego de anunciar la agenda de la asamblea constituyente y el cambio de constitución.
Para finalizar, quiero señalar la importancia de la tendencia ideológica de los partidos políticos. Lamentablemente, el peruano no vota con la cabeza, vota por aquello que es contrario a su estilo de vida. Respondiendo a la pregunta, es momento de que la población peruana se informe, ya que, el panorama de la asamblea constituyente solo traerá retraso a la población y el incremento exponencial de las ollas comunes. Los peruanos no tenemos porque mendigar alimentos, tenemos la capacidad para generar, es por ello que necesitamos mantener la constitución y el modelo económico que ha demostrado funcionar. El modelo puede mejorar con las reformas debidas, pero, no se puede arriesgar al país accediendo a los reclamos acompañados de violencia de una clase política cuya única intención es perpetuarse en el poder con un modelo político que ha fracasado a lo largo de la historia republicana del Perú y en todos los lugares donde se aplicó.