Escribe: Jessi Vila Q.
Los niños peruanos se alistan para empezar un nuevo año escolar y muchos padres de familia están haciendo lo posible para que sus hijos cuenten con todo lo necesario para llevar un año académico exitoso. Lamentablemente, no podemos decir que ese es el caso de todos nuestros niños, por desgracia las constantes paralizaciones, bloqueo de carreteras y un sinfín de marchas con fines políticos han mellado la economía de muchos hogares, sobre todo, en el sur del Perú.
Como si eso fuera poco, el Perú arrastra un porcentaje importante de alumnos que no asisten a clases y otro grupo suele dejar la educación por problemas económicos. Esto pone a la educación peruana en una seria crisis educativa y el gobierno de turno tiene una obligación constitucional con todos los niños respecto a su educación. No obstante, el panorama se vuelve mas turbulento si adicionamos la condición nutricional con la cual están iniciando las clases muchos niños a nivel nacional.
Nadie puede dudar que el contenido académico debe ser de gran calidad, pero ¿cómo podrá responder un niño que tiene anemia? para los que desconocen de que se trata esta enfermedad, se puede determinar que hay presencia de anemia desde que el menor arroja una cantidad menor o igual a 11,9 g/dl de hemoglobina en sangre y va desde la leve hasta severa. Esta se hace evidente cuando un menor presenta cansancio constante, debilidad, dificultad para respirar, mareos constantes, entre otros. Es causada por la deficiencia de consumo de hierro y otros nutrientes, y, lo más importante, afecta el desarrollo cerebral en los niños, algo fundamental en el proceso del aprendizaje. Hasta el 2021 un preocupante 43.6% de niños menores de tres años padecía esta enfermedad, cifra que se ha mantenido estable a pesar de los intentos de los gobiernos de turno por cambiar estas estadísticas.
Lo que resalta en cuestión de cifras es como la proyección según Plan Nacional para la reducción y control de la anemia materno infantil y la desnutrición crónica infantil en el Perú: 2017-2021, arrojaba una cifra de 19%. Esto evidenciaría una clara desconexión entre los gobiernos de turno y con ello un perjuicio a la población en el mediano y largo plazo. Otro dato que encontramos es que las zonas rurales son las más afectadas, siendo Puno la región con mayor población que sufre de anemia infantil.
Entonces, el problema de la educación no radica, únicamente, en una buena calidad educativa, sino también en la condición nutricional en la que se encuentran nuestros niños. Es por ello, que el abordaje por parte del ejecutivo debe ser multidisciplinario. Si bien el Perú cuenta con el programa de alimentos Qali warma, del cual se encarga el Ministerio de Desarrollo e Inclusión social, este presenta algunas deficiencias como la evaluación inicial de la población para una correcta orientación y seguimiento de la evaluación nutricional de los beneficiarios. De hecho, el kit alimentario cuenta con veinte tres productos, donde podemos encontrar algunos que ayudarían contra la anemia. No obstante, serían insuficientes para superar la anemia, incluso prevenirla.
Con lo mencionado no pretende desmerecer los esfuerzos que hace el gobierno por solucionar un problema que afecta de manera severa a la población. No obstante, quisiera recalcar la importancia de tener una población que pueda tener acceso a alimentos suficientes e idóneos según el principio de seguridad alimentaria y, de necesitar apoyo social, este se brinde de manera objetiva y no asistencialista. Para ampliar esto último, el asistencialismo no suele sacar a la población intervenida del problema en que se encuentra, solo alivia en cierta manera una parte del mismo. Por otro lado, el abordaje objetivo si está dirigido a resolver el problema que padece la población a intervenir.
Por lo expuesto, debe manifestar mi preocupación por la niñez peruana, ya que enfrentamos el riesgo de paralizaciones por parte de ciertos sectores de docentes que brindan un servicio en el sector público. Por otro lado, siguen las paralizaciones e impedimento de actividades comerciales en el sur del país, en Puno, para ser más específicos. Es por ello que, el gobierno de la izquierdista Dina Boluarte, debe tomar acciones contundentes frente a esta situación política que a la fecha ya ha cobrado la vida de inocentes a causa de grupos violentos y la perdida de millones de soles de los comerciantes impedidos de abrir sus negocios. Está de más mencionar que todos estos factores afectan la educación de nuestros niños.
Finalizo este artículo recalcando la importancia de estabilidad política que viene brindando la constitución del 93, documento que hoy es el objetivo de la izquierda extrema, de la izquierda magisterial compuesta por docentes, personajes que han puesto los intereses políticos por encima de la calidad educativa que merecen los niños del Perú. Sin mencionar, la seguridad alimentaria que podemos vivir a pesar de la horrorosa corrupción de la clase política de turno. Es por ello, que termino haciendo un llamado a la población para rechazar esta demanda política, la cual, sólo traería más retroceso a la calidad educativa y nutricional de la población.