Una clase empresarial con un espíritu timorato es lo que no necesitamos en el Perú. Encontraron la oportunidad de inversión y obtuvieron sustantivas ganancias en un país diverso y generoso. No me refiero a los emprendedores y medianas empresas, que son los que sostienen a este país, sino a ese grupo de grandes empresas que facturan miles de millones de soles anuales. Y no malentiendan mis palabras: es bueno obtener excelentes ganancias, ese es el objetivo; pero no es justo y agradecido mostrar la espalda y brillar por su silencio calculador en momentos en el que el país de las grandes ganancias se ve atacado por un grupo internacional y economías retorcidas e ilegales. ¡Así no juega Perú!
Estoy de acuerdo con diversos sectores políticos que han integrado al debate la posición firme de no dejarnos chantajear por un grupo de violentistas, apoyados por una clase de políticos socialistas que han visto diluirse su poder y beneficios con las acciones de Castillo. No podemos permitir que marquen la agenda política y social del país. Sin embargo, este mismo grupo político no desea hacer reformas y tampoco dejar sus sueldos. Hemos pasado de elecciones para el 2024 a buscar mantener una curul que les ha quedado demasiado grande.
Por tal motivo, concuerdo con el congresista Alejandro Cavero, cuando manifiesta que se deben adelantar elecciones, sí; pero no al desorden, apurados y chantajeados por un grupo de vándalos. Para lograr elecciones correctas, necesitamos cambiar a las cabezas del JNE y la ONPE. Defender la institucionalidad está en el mismo camino que defender el Estado de Derecho.
Así como nuestra clase política necesita pensar en el país y defender la institucionalidad, nuestra clase empresarial necesita hacer y no decir. ¿Alguien ha visto a algún representante del Grupo Intercorp o al mismo dueño pronunciarse firmemente por el linchamiento político y social que está sufriendo nuestra democracia? No. Prefieren poner sus intereses personales y de empresa por delante, antes que el bienestar del país y de otros empresarios, mil veces más pequeños que ellos, que sí lo están pasando muy mal en la región sur y centro del país. No tiene nada de equivocado defender nuestros propios intereses: lo inaceptable y egoísta es que sólo te importe eso y usas tu poder económico y político a espaldas del país.
¿Primax, Inretail Perú, Credicorp, Southern Perú, Southern Perú, Alicorp, donde están? Los beneficios que han logrado en los últimos años, sumados, son más grandes que el presupuesto general del sector salud. Los empresarios determinantes son protagonistas para dar buenas oportunidades y retomar indicadores de confianza. En boca de diversos economistas, nuestro país goza de una economía sumamente sólida; es decir, el Perú está en una mejor posición económica y de crecimiento que muchos países en Latinoamérica y muy por encima de la “amada” por los socialistas, la pobre y encerrada Bolivia. Sin embargo, esas cualidades de estabilidad pueden no ser eternas si no las protegemos.
Columna publicada en Expreso el 06 de febrero de 2023