La lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori pasa este sábado su primer cumpleaños en prisión, en momentos en que intenta preservar su capital político y acabar con las divisiones internas en su partido.
La hija mayor del igualmente encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) cumple 44 años encerrada bajo prisión preventiva por 36 meses, inculpada en el escándalo de sobornos y aportes de campaña de la constructora brasileña Odebrecht, que también salpica a cuatro exmandatarios peruanos.
Situación actual: Por estos días, los abogados de la otrora todopoderosa política que manejaba desde las sombras los hilos del Congreso peruano intentan conseguir su liberación con un recurso de casación ante la Corte Suprema. Previamente, en enero de este año, la Sala Penal de Apelaciones determinó que Keiko Fujimori siga en prisión.
Este recurso, a pedido del Minsiterio Público será evaluado por un pleno de la Corte Suprema que unifique criterios sobre el uso de la prisión preventiva. Esto luego de que se pidió, de parte de Fiscalía y la Procuraduría, la nhibicación del juez que iba a verlo por sus presuntos vínculos con ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’
La casación es el último recurso judicial de Keiko Fujimori, quien hace unas semanas decidió dejar de declarar ante la fiscalía, a la que acusa que ser parcial en su contra. “Después de vivir en carne propia los abusos y excesos, producto de la ausencia de justicia, he tomado la decisión de hacer valer mi derecho de guardar silencio”, afirmó en Twitter.
La fiscalía, sin embargo, le restó importancia a esta decisión: “Es su derecho guardar silencio o abstenerse a declarar, y se tiene que respetar”, dijo el fiscal anticorrupción José Domingo Pérez, que lleva el caso de Keiko Fujimori y Fuerza Popular.
Fuerza Popular con su lideresa en prisión: Desde que el 31 de octubre fue enviada a prisión, su partido Fuerza Popular (derecha populista) se dividió, perdiendo el poder avasallador con el que arrinconó al presidente Pedro Pablo Kuczynski para forzar su renuncia en marzo de 2018.
La agrupación perdió la mayoría absoluta del Congreso unicameral, donde contaba con 73 de los 130 legisladores. Ahora son 56 y aunque siguen siendo la mayor fuerza en el fragmentado parlamento peruano, ya no dominan la agenda política.
“Están de capa caída y difícilmente se van a levantar; cuando se les acabe el período congresal (en julio de 2021), se acabó todo porque el partido está en ruinas”, dijo a la agencia AFP el analista Fernando Rospigliosi.
Desde la cárcel de mujeres de Chorrillos, al sur de Lima, Keiko mantiene las riendas del partido y envía periódicamente mensajes a través de las redes sociales para mantenerse presente en la escena política.