Gran controversia ha generado en Argentina el apasionado beso que le otorga la jueza Mariel Suárez al preso Cristian “Mai” Bustos en el Instituto Penitenciario de Trelew. La magistrada fue la misma persona que le dio cadena perpetua al sujeto y el suceso ya se hizo viral.
El controvertido beso fue grabado por las cámaras de seguridad y denunciado por el mismo personal del reclusorio. El efectivo precisó que se registró el momento exacto en cómo la jueza y el recluso “comienzan a tener contacto físico, como abrazos, besos (en la boca) siendo reiterado este tipo de comportamiento en ambos”.
Pese a que la jueza lo ha negado, sus declaraciones han generado más polémica e indignación. En diálogo con LN+, aseguró que todo se trató de un “trabajo académico” con colegas internacionales y que incluso no estaban actuando.
“No estábamos actuando. Yo soy así naturalmente, soy una persona muy sociable. No estoy actuando nada. Me relacioné con este detenido por un tema laboral”, precisó.
Soy jueza penal, me tocó sentenciar y trabajar en esta causa, una causa de hechos graves. Y a medida que fui metiéndome, conociendo más y más los hechos de enjuiciamiento, me llamaron mucho la atención algunas cuestiones, por eso voté en disidencia”, agregó.
¿JUEZA QUIERE ESCRIBIR LA HISTORIA DEL RECLUSO?
“Además de dictar mi sentencia, poder escribir la historia de esta persona, de su familia y hermanos”, fue lo que argumentó la jueza Mariel Suárez, recalcando que su acercamiento con el preso fue para saber muchas cosas íntimas.
“A partir de ahí, decido pedirle autorización a la defensa de esta persona, porque va a tener que contarme muchas cosas íntimas, que son delicadas también. Me da la autorización y, luego, consigo la autorización del Instituto Penitenciario provincial para poder visitar al interno en esas circunstancias, en el marco de la investigación”, indicó.