Desde que José Miguel Castro Gutiérrez, alias ‘Budián’ en el Departamento de Operaciones Estructuradas de Odebrecht, se acogió a la colaboración eficaz se han conocido más detalles acerca de las «donaciones» clandestinas que recibió las campañas contra la revocatoria (2013) y reelección (2014) de Susana Villarán, hoy bajo prisión domiciliaria por este caso.
Esta vez, el colaborador eficaz con clave 145-2019 contó, ante el fiscal Carlos Puma del Equipo Especial Lava Jato, cómo es que la constructora nacional Graña y Montero (GyM) también inyectó 100 mil dólares para evitar la revocatoria de la excaldesa de Lima. Esta versión fue posteriormente confirmada y ampliada por Castro.
El testigo, según informó IDL-Reporteros (que cuenta, como se sabe, con información de primera mano de la Fiscalía), empieza su relato indicando conocer a Óscar Vidaurreta, un exjecutivo de la multinacional publicitaria Ogilvy que había colaborado en el pasado con Luis Favre dándole información de contactos en medios durante la campaña presidencial de Ollanta Humala. A partir de esta experiencia, Favre lo volvió a contactar, en diciembre del 2012, para decirle que José Miguel Castro lo había contratado para la campaña contra la revocación de Villarán, por lo que le pidió ayuda para identificar a los medios más adecuados para colocar publicidad.
Luego fue el mismo Castro quien llamó a Vidaurreta para coordinar directamente con él el plan de medios de la campaña. Óscar Vidaurreta ya estaba metidísimo en la campaña, a tal punto de que, narra el colaborador eficaz 145-2019, «la oficina de Ogilvy era el lugar donde se reunían en muchas ocasiones Luis Favre y José Miguel Castro».
APARECE GRAÑA Y MONTERO
Al año siguiente, en el 2013, ‘Budián’ le comentó a Vidaurreta que Graña y Montero sería otro aportante para la campaña contra la revocatoria y le brindó el número de celular de Hernando Alejandro Graña Acuña. Así, Vidaurreta llamó a Hernando Acuña y se reunieron en el local de la empresa, en el distrito de Surquillo. Ahí lo estaban esperando Hernando Graña y José Graña Miró Quesada.
El testigo relata que «José Graña estaba mortificado de tener que aportar a la campaña, muy molesto porque, según manifestaba, José Miguel Castro Gutiérrez lo estaba condicionando para firmar un contrato, que si no aportaba seguiría esperando».
El monto que los Graña acordaron entregar era de 600 mil soles, pero optaron por aportar primero la mitad y el resto «cuando se firme el contrato o adenda».
¿Y cómo se realizó este pago? El colaborador señala que el depósito se realizó a través de la empresa CHISAC, Chirinos y Salinas Asociados SAC, que se encargaba de las relaciones públicas de GyM. Como es conocido, CHISAC es de propiedad de Freddy Chirinos y de Pedro Salinas.
Ogilvy (es decir, Óscar Vidaurreta) emitió la factura 0001-00018112 por $100 mil dólares por un servicio ficticio, para el pago de publicidad en medios. «Óscar Vidaurreta habló con Freddy Chirinos, que en ese momento era el gerente o presidente de la empresa CHISAC, a efectos de coordinar el pago antes referido. (…) Freddy Chirinos, sabía que no se iba a efectuar ningún trabajo, que solo se iba a emitir la factura a efectos de que ingrese el dinero para la campaña», anotó el testigo.
CASTRO CERTIFICA RELATO
José Miguel Castro, en su testimonio ante el fiscal Puma del pasado 22 de junio, confirmó lo contado por el colaborador eficaz, y añadió que «los ingresos para la campaña de la No Revocatoria en el 2013, provenientes de empresas constructoras fueron aproximadamente $7.2 millones de dólares. De ellos, $4 millones fueron aportados por OAS, $3 millones por Odebrecht y $0.2 millones por Graña y Montero».