El profesor Grover Mamani, quién colaboró en la campaña de Pedro Castillo, iba a ser premiado y nombrado a inicios de agosto como director de Gobierno Interior, pese a no cumplir con el perfil para el puesto. Esto fue denunciado y, finalmente, el Ejecutivo retrocedió por el escándalo.
A su nombre no se registra ningún título en la Sunedu, aunque se presenta como profesor y representante de la Coordinadora del Movimiento Magisterial Puno que apoya a Pedro Castillo. Entre el 2005 y el 2017 fue afiliado al partido Perú Posible, ya con su inscripción cancelada.
En sus redes sociales consta su participación en las actividades en respaldo a la candidatura de Pedro Castillo, tanto en Lima como en Puno, con quien también posa feliz en fotografías.
Según informaciones de Perú 21, Grover Mamani controla a los prefectos y subprefectos a nivel nacional; y ahora es uno de sus más afortunados proveedores del Estado beneficiándose con contratos por S/80 mil.
Perú21 difundió tres órdenes de servicio que el amigo presidencial giró al Mininter: el 5 de noviembre del 2021, el 18 de febrero y el 30 de mayo de 2022 (esta última todavía en proceso de ejecución). Las tres, generadas una tras otra, hacen un total de S/80,000, y todas tienen como área usuaria a la Dirección General de Gobierno Interior.
Además, Perú 21 revela que Grover Mamani, antes de que Pedro Castillo se convierta en presidente, el flamante consultor solo había facturado –entre 2016 y 2018– montos que varían entre S/700 y S/1,200 a la Municipalidad de San Román (Juliaca).
La primera orden de servicio al Mininter, por S/20,000, fue dada bajo el concepto de un “profesional especializado en Educación con conocimiento del idioma quechua”. Y la segunda, por S/30,000, fue girada con las mismas características, pero para un profesional con conocimiento “en lenguas andinas”.
Ambas, a buena cuenta, tienen dos objetivos: realizar “capacitaciones” a los prefectos y subprefectos “sobre el cumplimiento de sus funciones de acuerdo al Reglamento de Organización y Funciones del Mininter, con énfasis en zonas cuya lengua es quechua”. Y, como segundo término, evaluar las competencias y el cumplimiento de las funciones de estas autoridades.
Todo ello, pese a que no cuenta con experiencia en el sector y, de hecho, fue justamente lo que le impidió hacerse de la conducción de la Dirección de Gobierno Interior.



Fuente: Perú 21
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