La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado el fin de la emergencia de salud pública global por la COVID-19, tras más de tres años de pandemia que ha causado millones de muertes y afectado a todos los aspectos de la vida. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha anunciado la decisión este viernes, tras recibir el consejo del Comité de Emergencia.
Según Tedros, la disminución de los casos graves y los fallecimientos a nivel mundial, gracias a las vacunas y los tratamientos disponibles, ha permitido que la COVID-19 pase de ser una amenaza global a una enfermedad endémica que los países deben aprender a gestionar como otras infecciones2. No obstante, el máximo responsable de la OMS ha advertido que el virus sigue circulando y que podría surgir nuevas variantes que requieran una vigilancia constante.
“Ha sido una decisión tomada con precaución. No dudaré en volver a declarar la emergencia si la situación cambia”, ha expresado Tedros1. Asimismo, ha instado a los países a seguir fortaleciendo sus sistemas de salud y a garantizar un acceso equitativo a las vacunas y los tratamientos para todos los que los necesiten.
La emergencia de salud pública global por la COVID-19 se declaró el 30 de enero de 2020, cuando el virus había afectado a unos 10.000 casos en China y unos 100 en el resto del mundo. Desde entonces, la pandemia ha infectado al menos a 765 millones de personas y ha causado la muerte de 20 millones, según las cifras oficiales. La OMS ha reconocido que estas cifras podrían estar subestimadas y que el impacto real del virus podría ser mucho mayor.