El congreso boliviano implantó una polémica ley, que autoriza el uso de dióxido de cloro como tratamiento contra la COVID-19. Sin embargo, se desconoce si será puesta en vigencia por el gobierno de la presidente interina Jeanine Añez, debido a la alta disputa política que viene atravesando dicho país.
Poco antes de la aprobación, el ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, anunció que se evaluará junto con expertos en la materia, los riesgos que pueden traer para la población el uso de este producto, para luego decidir si esta ley debe aprobarse. Pese a ello, muchos bolivianos ya han empezado la venta de este producto por diferentes medios, e incluso, a través de redes sociales.
El senador Milton Barónes, explicó que el uso del dióxido de cloro no es obligatorio y que está sujeto a la decisión del ciudadano o ciudadana que quiera acudir a esa alternativa.
Remarcó que para adquirir el producto no será necesario de alguna receta médica y que su uso deberá ser iniciativa del paciente.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) han desaconsejado el uso del compuesto ante la falta de evidencia científica.