Carlos Ascues es uno de esos casos de futbolistas que tuvieron todo para triunfar, pero que desperdiciaron su talento por la falta de profesionalismo y disciplina. El ‘Patrón’ pasó de ser un jugador cotizado en Europa a uno más del montón en el fútbol peruano.
Ascues debutó en el 2010 con Alianza Atlético y desde entonces mostró sus condiciones como volante o defensa. Su buen juego lo llevó a vestir las camisetas de San Martín, Melgar, Benfica B y Alianza Lima, donde fue campeón nacional en el 2017.
Su mejor momento fue en el 2015, cuando fue convocado por Ricardo Gareca a la selección peruana y anotó dos goles en las Eliminatorias. Ese año, el Wolfsburg de Alemania pagó 1.5 millones de euros por su pase y le ofreció un contrato con un salario mensual de 45 mil euros.
Sin embargo, Ascues no supo aprovechar su oportunidad y solo jugó un partido con el club alemán. Su bajo rendimiento y su vida nocturna le pasaron factura y fue cedido al Orlando City de Estados Unidos y al FBC Melgar, donde tampoco destacó.
En el 2019, regresó a Alianza Lima con la esperanza de recuperar su nivel, pero fue una decepción. Su falta de compromiso y su sobrepeso lo relegaron al banco de suplentes y terminó saliendo mal del club tras el descenso del 2020.
En el 2022, fichó por la Universidad César Vallejo, donde aceptó una drástica reducción salarial. Ahora cobra 8 mil dólares al mes, una cifra muy lejana a lo que ganaba en Alemania. Su presente es gris y su futuro incierto.