Se ha puesto en marcha el más grande y sofisticado centro de interceptación de comunicaciones. Las escuchas legales tienen que ver con sospechas fundadas de narcotráfico, terrorismo y pertenencia a una organización criminal.
El requisito es que un fiscal solicite la intervención y un juez la autorice, según dio a conocer el semanario Hildebrandt en sus trece en su última edición.
En los predios militares donde operó el poderoso e incontrolable Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) de Vladimiro Montesinos Torres, en Chorrillos, funciona hoy el nuevo y más grande centro de espionaje de las comunicaciones e interceptación telefónica legal del país.
Entre abril y mayo de este año el “Sistema Constelación” de la Policía Antidrogas –el sofisticado programa de escuchas legales patrocinado por el gobierno de los Estados Unidos– se mudó a Chorrillos. Y, desde esta nueva sede, las operaciones de interceptación y vigilancia electrónica se incrementaron a niveles nunca antes vistos en el Perú.
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