Como se recuerda, el líder de Renovación Popular, Rafael López Aliaga, afirmó que no acudirá a la convocatoria del presidente Pedro Castillo para sostener una reunión con los representantes de partidos políticos con bancadas en el Parlamento.
López Aliaga recordó que él ha solicitado la renuncia del jefe de Estado. “He pedido la renuncia, ¿cómo voy a asistir?”, declaró al diario El Comercio.
Castillo se reunió este viernes con líderes de 5 agrupaciones políticas en Palacio de Gobierno: Somos Perú, Podemos Perú, Partido Morado, Alianza para el Progreso y Avanza País.
El ministro de Justica y Derechos Humanos, Aníbal Torres en entrevista en Exitosa criticó a Rafael López Aliaga a quién acusó de ser un ‘fascista’ y un ‘totalitario’ y que sería un desastre para el Perú.
“Con relación al señor López Aliaga, él es un fascista declarado, el es un totalitario, por supuesto es, graficando con expresiones de los filósofos, es verdaderamente un lobo, los carneros que lo siguen no saben que lo tragaran, un totalitarismo en el Perú sería el desastre en el Perú”, indicó Aníbal Torres.
Además, Aníbal Torres aseguró que Rafael López Aliaga terminará ‘colgado’ como Benito Mussolini.
“Terminaría como terminó el fascista Benito Mussolini, colgado en un pueblo del norte de Italia”, señaló el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Aníbal Torres.
¿Quién es Benito Mussolini?
Benito Mussolini fue fusilado, colgado boca abajo, vejado y humillado junto a su amante. Con la guerra ya perdida, intentó huir a Suiza. Fue capturado por guerrilleros comunistas. Murió al lado de su amante, Claretta Petacci. La orden de fusilarlo llegó desde Roma y la decisión fue tomada, entre otros, por Sandro Pertini, luego presidente de Italia.
Luego, los colgaron boca abajo con ganchos de carnicero aferrados al marco de la viga metálica de una estación de servicio en construcción de la Standard Oil. Así quedaron expuestos por horas, Nicola Bombacci, Mussolini, Petacci, Alessandro Pavolini y Achille Starace. Hasta que, a las dos de la tarde, las autoridades militares americanas, que habían llegado a la ciudad, ordenaron que los cuerpos fueran descolgados y llevados a la morgue. Un camarógrafo del Ejército de Estados Unidos fotografió los cuerpos: la cara de Mussolini está deshecha, a su lado, en una pose absurda, acomodada por quienes vandalizaron los cadáveres, Claretta está aferrada a su brazo.

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