Jhonatan Ticona Maquera (22), sindicado de feminicidio contra su expareja de 19 años, tenía órdenes de alejamiento tras episodios de violencia contra su entonces enamorada y su madre.

Así lo manifestó el abogado Juan Curo, quien se hizo cargo de la representación legal de la madre la noche del martes, cuando se supo del crimen.
La madre del sujeto, recibió una llamada de Jhonatan Ticona quien le indicó que se iba a quitar la vida, por lo que llegó hasta su cuarto alquilado en Gregorio Albarracín.
Pudo ver por la ventana lo que ocurría y forzó la puerta, pero no retuvo al sujeto por temer que le pudiera hacer daño. En el interior de la habitación, se encontraba María Fernanda Acostupa (19), quien había ido al lugar ante la insistencia del sujeto y terminó muerta sobre la cama.
La Policía Nacional inició las diligencias de indagación y finalmente dio con el paradero de Ticona Maquera en el sector de las canteras del distrito Albarracín. Los familiares de la víctima piden la máxima pena.
Golpes y mordiscos
Según la autopsia al cadáver de María Fernanda Acostupa Ccosi realizada por la médico legista Carla Herrera Mazuelos, la muerte fue por “hemorragia subdural, traumatismo cráneo encefálico cerrado, politraumatismo céfalo toraco abdominal”, causado por elementos contundentes.
En la morgue de Tacna también se conoció que la mujer tenía otras lesiones en el cuerpo, compatibles a hincadas o punzadas con un objeto metálico en punta, al parecer tijera, y rasgaduras en la piel similares a mordiscos, lo que evidenciaría que fue víctima de agresiones con ensañamiento.
Padres de María Fernanda (19) le dieron el último adiós en velatorio, joven víctima de feminicidio, quien fue hallada sin vida en la habitación que alquilaba su pareja en la Av. Simón Bolívar en Gregorio Albarracín. Jhonatan Ticona Maquera (22) es el principal sospechoso del asesinato, y ayer en horas de la tarde fue capturado en el sector de la cantera del sector Arunta.
Por su parte, exigen la máxima pena contra Ticona Maquera, con quien sostenía una relación de más de un año y medio, tiempo en el que María Fernanda fue víctima de constantes agresiones físicas, “mi hija vivió una pesadilla, llegaba torturada y nosotros la curábamos. Él la acosaba y amenazaba, venía a la casa a romper las ventanas”, manifestó el padre de la joven.