Escribe: Jessi Vila Q.
El pasado siete de diciembre del 2022 será recordado como el día en el cual el ex presidente Pedro Castillo pretendió dar un golpe de estado. Luego de una cuestionable gestión, manchada de indicios de corrupción y discursos de victimismo el ex mandatario trató de tomar el poder cerrando el congreso de manera inconstitucional. Afortunadamente, con el transcurrir de las horas, las fuerzas armadas emitieron un comunicado negándose a participar en este proceso que rompía el orden democrático, como lo señala el articulo 114 de la constitución.
La consecuencia más resaltante de este acto fue el accionar de la fiscalía, la cual, ordenó la captura del ex mandatario por el presunto delito de rebelión. Actualmente, el señor Castillo está preso y una serie de sucesos se levantaron en torno a su captura y encarcelamiento. Desde bloqueo de carreteras, destrucción de empresas como la planta procesadora de leche del grupo gloria en Arequipa, intento de la toma de aeropuertos y la muerte de más de 40 personas son algunas de las consecuencias de las marchas violentas que se han desatado en el sur del país.
Algunas ciudades evidencian un serio desabastecimiento de productos, esto ha producido que el precio de las verduras llegue a quintuplicarse y el precio del gas se eleve hasta ciento ochenta soles en ciudades como Puerto Maldonado. Esto, como consecuencia de los constantes bloqueos de las carreteras y, en algunos casos, la imposición de horarios para realizar la gestión comercial. Esto, definitivamente, pone en riesgo la seguridad alimentaria de los peruanos. Lamentablemente, lejos pedir el diálogo los manifestantes se cierran en los pedidos de cierre del congreso, renuncia inmediata de Dina Boluarte, convocatoria a nuevas elecciones y una asamblea constituyente. Lo malo es que sus propuestas no tienen un fundamento legal, por lo que situación continuará en los próximos días.
Por su parte, la presidente Boluarte ha pedido que la población guarde la calma y ha manifestado que espera la llegada de las personas de sur del país y que pueden hacer su denominada marcha de los “cuatro suyos” sin destruir la propiedad privada y actos que podrían desencadenar en la muerte de mas ciudadanos. Es imperativo que el gobierno no ceda ante los pedidos que vienen con violencia y que busque la forma de inmovilizar a los azuzadores de la población.
Para finalizar, los bloqueos de carretera y las marchas violentas no son la solución para los problemas que aquejan al país, todo lo contraria agudizan las carencias económicas y alimentarias. Varios caminos con cargamentos de alimentos se han perdido producto de los bloqueos de las carreteras, varios productores de leche tuvieron que botarla luego del ataque a la planta. Es importante hacer entender a la población que el camino de la violencia solo está trayendo mas hambre a la población y sus familias.