En su último día como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump decidió dar fin a la deportación de los inmigrantes irregulares venezolanos durante 18 meses. Es más, les concedió permisos de trabajo temporales. A través de un comunicado, Trump considera que la situación en Venezuela aun no es la mejor como para expulsar a los venezolanos.
“La situación de deterioro dentro de Venezuela justifica el aplazamiento de la expulsión de los ciudadanos venezolanos que se encuentran presentes en los Estados Unidos”.
El todavía mandatario consideró que su decisión, de la que se pueden beneficiar los que permanezcan en el país a 20 de enero, responde al “interés de política exterior de Estados Unidos”.
No obstante, la medida presenta algunas excepciones y no aplica a las personas que hayan sido condenadas por un crimen o delito y a los que han sido expulsados del país en el pasado.
Donald Trump aprobó “autorizaciones de empleo para extranjeros cuya expulsión haya sido aplazada (…) por la duración de dicho aplazamiento”.
Finalmente, el Gobierno de Venezuela espera que el gobierno de Joe Biden tenga “atisbos de decencia”, cumpla con el derecho internacional y establezca “canales diplomáticos de diálogo respetuoso”.