La caída en la economía peruana, a raíz de la pandemia por Covid-19, se presentó como una reacción en cadena, donde los bolsillos de los ciudadanos se vieron empobrecidos y esto produjo una gran incapacidad en los pagos. La mora en la cartera de crédito se disparó a niveles que parecían irrecuperables, que no se percibían desde hacía decenas de años. El cierre de los sectores industriales y la actividad productiva, sumado a la falta de puestos de trabajo, aceleró el proceso de empobrecimiento, donde la imposibilidad de saldar las deudas afrontadas dedujo un aumento de morosidad y en consecuencia una reducción de liquidez.
Según La Superintendencia de Banca, Seguros (SBS) y AFP, el índice de morosidad ascendió en el 2020 a un 7%. A partir de esa cifra preocupante el gobierno puso en marcha medidas de reactivación económica, con la esperanza de lograr la disminución de los porcentajes.
El Reporte de Estabilidad Financiera publicado en Noviembre del 2020, por el Banco Central de la Reserva del Perú, declaró: “El mercado financiero peruano ha resistido el impacto de la crisis Covid-19, cuya magnitud no tiene precedentes. Esto se refleja en un sistema financiero estable y altamente líquido. Sin embargo, el deterioro de la actividad económica ha incidido negativamente en los flujos de caja de algunos segmentos de la población, reduciendo su demanda por crédito y aumentando su probabilidad de incumplimiento. Ante tal situación, las entidades financieras han venido acumulando provisiones voluntarias a fin de afrontar un potencial incremento de la morosidad, lo cual ha reducido sus niveles de rentabilidad.”
Según el 5to Informe de Morosidad, detallado por la compañía Equifax, que permite revisar el Score en el reporte crediticio, en el año 2021 el descenso fue de 1,2 puntos porcentuales, de un 7,4% a un 6,2%, lo que ya representaba un gran avance hacia la vuelta a la normalidad. La cantidad de morosos a julio del año pasado eran un estimado de 780 mil personas.
A su vez el gobierno sostuvo que los programas de estímulo monetario y fiscal, como el Programa Reactiva Perú, fueron los que lograron el impulso necesario para salir adelante en el panorama de créditos. Sin embargo, no fue hasta el primer trimestre del 2022 que los porcentajes se redujeron cerca de los niveles pre pandémicos. En enero la mora de cartera de créditos y consumo descendió hasta ubicarse en un 2,54%. No obstante, este logro no fue fácil para las empresas y compañías afectadas por las deudas de sus clientes. Estas tuvieron que reconocer sus moras como pérdidas, retirándolas de los libros contables y balances.
Este nuevo inicio para las carteras de créditos de consumo permitirá a las empresas continuar con los préstamos, dejando una cadena de pagos restablecida. El gobierno adjudicó este logro al trabajo coordinado del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el Banco Central de Reserva (BCR) y la SBS.